
Semana de Pasión.
Fue crucificado, muerto y sepultado. Y resucitó al tercer dia.
Es curioso. Para los conquenses, ver al Resucitado encontrarse con su Madre en la plaza de Cánovas es un momento triste. Se acaba nuestra "semana grande". Ya no hay más procesiones. Y sin embargo, es en el momento en que resucita cuando empieza todo. Es nuestro mayor día de fiesta.
Son muchas las sensaciones que nos invaden durante esta semana. Año tras año, repetimos los rituales. Sacar las túnicas de los armarios, subastas de banzos, hacer las torrijas, el resolí... Cuando escuchamos los tambores el Domingo de Ramos, los conquenses nos echamos a la calle. Vemos las procesiones en los sitios de todos los años, comentamos las mejores jugadas ( "pues al nosequien lo han bailao muy bien en nosedonde") y esperamos con impaciencia el dia de nuestra procesión.
El día de Jueves Santo, mientras llevaba sobre los hombros a mi "Jesus con la Caña", me dio tiempo para pensar muchas cosas. Me encanta la participar en la Semana Santa de Cuenca. ¿Pero no estaré engañandome? ¿Estoy participando en un espectáculo? Y cuando a las cuatro de la mañana del viernes pasé por la plaza de España camino del Salvador para ponerme bajo las andas del Encuentro pensé seriamente si aquello merecía la pena. Tengo que decirlo. Me da asco Cuenca esa noche. Siento vergüenza. Dejando a un lado la fiesta que se celebra en dicha plaza y aledaños (el ayuntamiento sabrá si esa es la imágen de Cuenca que queremos dar). ¿Tan importante es si a una imagen la "bailan" o no? ¿Es normal que se insulte a unos nazarenos por eso? ¿Una procesión debe salir con escolta policial? Me parece que algo muy básico esta fallando.
A veces pienso que deberiamos hacer como en Leon y sacar en procesión a un borracho (el Jenarin). Ellos al menos no se engañan. Salen de fiesta, y punto.
En fin, también hay muchas cosas, como la foto, que hacen que uno siga participando con ilusión, año tras año en nuestra Semana Santa. ¡Alegria hermanos, resucitó!
Un bancero de la Caña.